viernes, abril 20, 2007

qué cosa esta de que al final nada te puede gustar demasiado y cuando decis "esto me gusta demasiado", viene el mundo y te dice flaco pará un toque, equilibrá visste
entonces cheeeeeee a mi me encanta la lluvia, hasta que haces un viaje o dos en un colectivo eterno y en el que tenes que ir limpiando las ventanitas para ver donde merde estas sacre bleu y te pasas 20 (veinte) minutos o mucho mas varado en un colectivo en el botanico (bueno, sobre la calle lindera al botanico), te terminas un libro y decis "ya no tengo nada que hacer aca" y te bajas y de buen talante aunque triste por haber terminado el libro porque es lo que te pasa siempre, caminas hasta tu casa, mirando la maraña de autos, la gente practicamente ya durmiendo en los taxis y el nudo gigantesco de autos y camion en pacífico y una considerable lagunita a esquivar. Y mas tarde llega un amigo que no puede estar mas ya sin sus partituras de los beatles y de buen talante tambien, aunque ya no llueve, se va caminando por las calles coso de partituras en brazos

6 comentarios:

NyGeL dijo...

esta historia me suena muy conocida

Anónimo dijo...

que increiblemente bien, entretenidamente bien, inteligentemente bien que escribis!!!!!!!!!!!!!!!!
no puedo soportar tanto orgullo materno en mi renovado pecho
ojala algun dia sientas la sensacion de estar tan orgulloso de alguien como yo siento ahora

Unknown dijo...

(mi madre)
:)

sonia reincide dijo...

y no es igual al menos un poquito, al menos un poquito fabuloso agarrar y en botánico no tener que hacerle croquises?

al botánico que gusta que lo croqueen, es como acariciar a un gato magenta

Unknown dijo...

que chivo tan asqueroso

sonia reincide dijo...

nonono, pasa que cuando escribí eso no iba a poner magenta pero dije, y si un gato ahora es magenta